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Tema Mes de Mayo 2025
El Optimismo

San José de Calasanz y el Optimismo Evangélico
San José de Calasanz, fundador de las Escuelas Pías, enfrentó enormes dificultades en su misión de proporcionar educación gratuita a los niños pobres. Se encontró con la oposición de las autoridades eclesiásticas, la incomprensión de algunos, la falta de recursos y las enfermedades. Sin embargo, su optimismo no flaqueó.
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Este optimismo calasancio no era ingenuidad, sino una profunda confianza en la Providencia divina. Su fe le aseguraba que, si su obra era para la gloria de Dios y el bien de los niños, Dios mismo se encargaría de sostenerla. Él creía firmemente en la fuerza transformadora de la educación y en el potencial de cada niño, sin importar su origen. Su fe en el valor intrínseco de la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios, le impulsaba a ver siempre la esperanza donde otros veían desesperación.
Paula Montal y el Optimismo de la Mujer Valiente
Paula Montal, fundadora de las Hijas de María Escolapias, también se enfrentó a un contexto desafiante, especialmente para una mujer que buscaba educar a las niñas. En su tiempo, la educación femenina no era una prioridad y a menudo se veía con recelo. Ella tuvo que superar obstáculos sociales, económicos y eclesiásticos para llevar a cabo su obra.
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El optimismo de Paula Montal radicaba en su fe inquebrantable en la misión educativa como camino de salvación y dignificación. Ella creía que educar a las niñas era fundamental para la transformación de la sociedad y para que las mujeres pudieran desarrollar plenamente sus capacidades. Su optimismo brotaba de una convicción profunda en la bondad de Dios y en que la educación, basada en valores cristianos, era una herramienta poderosa para el bien. A pesar de las adversidades, su fe le permitió mantener la mirada en el futuro y seguir adelante con determinación y esperanza.
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La Fe como Raíz del Optimismo
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En ambos casos, el optimismo no era una característica temperamental superficial, sino una virtud enraizada en su fe. Para ellos, la fe proporcionaba:
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Sentido y Propósito: Saber que estaban cumpliendo una misión divina les daba una razón poderosa para perseverar.
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Confianza en Dios: Creían que Dios no los abandonaría y que su plan prevalecería.
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Esperanza ante la Adversidad: La fe les permitía ver más allá de las dificultades momentáneas y confiar en un futuro mejor.
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Visión Positiva del Ser Humano: Reconocían el potencial y la dignidad de cada persona, lo que alimentaba su deseo de educar y transformar.
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En resumen, San José de Calasanz como Paula Montal demuestran que un optimismo auténtico y resiliente puede surgir de una fe profunda que proporciona una visión trascendente de la vida, una confianza en la Providencia y una esperanza inquebrantable en el poder del bien. Su vida nos invita a reflexionar sobre cómo nuestra propia fe puede ser una fuente de optimismo en nuestro día a día.